martes, 13 de septiembre de 2011

La Iglesia de Ayapel

La Iglesia de San Jerónimo se sitúa en Ayapel, municipio colombiano del departamento de Córdoba. Construida de 1835 a 1935, lleva el el nombre del patrón de la villa.
Las fiestas celebradas son las de San Jeró­nimo y en Semana Santa, siendo el centro relígioso y turístico de la zona.
Fue declarada parte del Concejo Monumento Municipal y Patrimo­nio Cultural, Religioso, Histórico y Arquitectóni­co.

Arquítectura

Estilo Néogotico, de autor desconocido, ha sido reformada varias veces.
Tiene planta rectangular de tres naves, con cono en la fachada y presbiterio atras. La decoración se localiza en la fachada, y en la nave central con la bóveda ojival. Las laterales no tienen bóveda.
En la época Prehispánica Ayapel fue uno de los asentamientos más importantes en el Valle del San Jorge, formaba parte del legendario Zenú y era capital político-administrativa y comercial de la provincia del Panzenú.
Los panzenúes fueron un pueblo laborioso que se dedicó a la agricultura, a la caza, a la pesca, a la recolección, la navegación, al comercio, la orfebre­ría, la cerámica, los tejidos de algodón y fibras vegetales. Cultivaron la música, las danzas, la cura­ción de enfermedades, los ritos, las ceremonias mágico-religiosas y el culto a los dioses y muertos.
El desarrollo de la agricultura fue posible gra­cias a una de las obras más portentosas emprendida en las culturas precolombinas: la adecua­ción de más de 500 mil hectáreas de terrenos inundables en la cuenca media y baja del río San Jorge, mediante la construcción de un eficiente sistema de drenaje en gran escala, basado en camellones y canales dispuestos en múltiples for­mas. Pero esta prosperidad y abundancia decayó por causas aún desconocidas.
La población dis­minuyó. Sin embargo, en 1534 cuando Alonso de Heredia, comandando una expedición españo­la, incursionó en la región de Ayapel y encontró todavía vestigios de ese florecimiento, bajo la juris­dicción de un gran señor y cacique llamado Yapé o Yapel. La sede de su gobierno era un poblado situa­do en un brazo del río San Jorge, a un día de camino, al que denominaron Pueblo Grande. Estaba diseñado con calles rectas, plazas, casas limpias y bien construidas, rodeadas de campos y jardines extensos. Fue saqueado y des­truido, y gran parte de sus habitan­tes masacrados. Los sobrevivien­tes se refugiaron en los humedales del com­plejo de ciéna­gas a organizar la resistencia, reconquista y reconstrucción del poblado.
Cacique Yape
En 1570, Juan de Rodas Carvajal, gobernador de Santa Fe de Antioquia, reorganizó la pobla­ción erigiéndola en Villa con el nombre de San Jerónimo del Monte, ubicada en la cabecera del río San Jorge y dedicada a la explotación del oro. En 1584 la trasladan a orillas de la ciénaga y la denominan Villa de San Jerónimo de Ayapel, donde se encuentra actualmente.
En 1785 se dio el levantamiento y el gobierno independiente de los Comuneros de Ayapel. En 1833 figuró como parroquia del Séptimo Cantón de la Provincia de Cartagena. En 1857 es incluida, con la agregación de Uré, como Distrito del departa­mento de Corozal del Estado Soberano de Bolívar. Luego es Distrito del departamento de Magangué (1859) y en 1860 de la Provincia de Chinú.
Retorna como Distrito del departamento de Magangué en 1886. En 1905 adquiere la categoría de municipio del departamento de Bolívar y en 1951 la Ley 9a de Creación del depar­tamento de Córdoba lo incluye como municipio de este ente territorial.

La Cienaga de Ayapel

La ciénaga de Ayapel hace parte del macrosistema de humedales y zonas inundables de la Depresión Momposina y es un sistema de lagunas sobre la llanura aluvial del Río San Jorge. Cumple una función ambiental importante para la región y el país, pues modera los regímenes hidrológicos de las áreas tributarias que vierten sus caudales sobre ella, así mismo, alberga una gran variedad de especies de flora y fauna. El objetivo de este trabajo es el estudio de los aspectos socioeconómicos de este sistema cenagoso y de sus potencialidades económicas, las cuales manejadas de manera sostenible pueden darle bienestar a la comunidad que lo habita. En lo social se encontró un bajo nivel educativo en la comunidad y un alto porcentaje de la población con necesidades básicas insatisfechas. En cuanto a lo económico, las actividades agrícolas se han contraído, hay conflictos en el uso del suelo por sobreutilización o subutilización, y un alto porcentaje de la tierra está dedicado a la ganadería. Por su parte, la actividad pesquera, de la cual depende la mayoría de la población, es artesanal, una de subsistencia y otra comercial, sin embargo, la captura de peces se ha reducido por los problemas ambientales y la utilización de artes de pescas ilegales.